13 feb 2015

Cerca y lejos

La agarré por el cuello. Era la primera vez que la tocaba. Sus ojos cobraron pavor cuando le confesé que la mataría en aquel mismo instante. Aumentando poco a poco la presión de mis manos, le expliqué que mi egoísmo me impedía alejarme, pero no soportaba la condena de tenerla cerca el resto de mi vida sin poder acercarme. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario