26 mar 2012

Blasfemia papal del s. XXI

Con suma delicadeza, el Pontífice se acercó al estrado. Los cardenales esperaban que pusiera un poco de orden al cónclave.
Su Santidad tomó el micrófono, lo palpó para comprobar que funcionaba y antes de hablar, lanzó una mirada disimulada al suelo:
—¡ME CAGO EN DIOS! –gritó entonces con visible sobresalto.
Se desataron los rumores y las voces inquisidoras. El camarlengo se apresuró al estrado antes de que estallase la revolución entre los asistentes:
—¿Qué ha sucedido, Santidad?
—Una desgracia, amigo mío.
—Cuénteme. Muy grave ha debido ser.
—Ya lo creo. Lo acabo de ver en mi iphone. Nos han metido otro gol.

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