29 nov 2013

Follamor

Echaron un polvo conejero. Llevaban mes y medio sin hacerlo y, claro, por mucho que él trató de prolongar el asunto, con una clásica carretilla resolvió cuando ella aún no estaba segura de que habían comenzado de verdad.
¿Pero me vas a hacer el amor o me vas a follar?, le había preguntado ella al meterse en la cama. Con una sonrisa pícara él había respondido: te la voy a meter con amor.
Pero no estaba todo perdido. Ella le perdonaría con un post-coito abrazaditos y mirándose enamorados hasta quedarse dormidos. Él deseaba darse media vuelta y perderla de vista, pero intentó complacerla aún con su poderoso instinto en contra. Escuchó con atención sus palabras, asintió con la cabeza, aportó varios comentarios, rio sus gracias... pero a los diez minutos juró que había sido un día muy duro y NECESITABA  descansar.
La mujer se mostró comprensiva y las luces se apagaron. Para cuando se escucharon los primeros ronquidos, ella apretaba la almohada. La tela escondía unas tijeras con las que pronto cortaría el problema de raíz.

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