2 abr 2014

Mi pequeño incentivo

La vida es más bonita con incentivos. Incluso el trabajo puede ser bonito.
Por eso yo me levanto feliz cada mañana, porque cuando den las once y media mi cuerpo dirá ouh yeah y me obligará a un paréntesis para ir al retrete.
Pero no es el noble arte de deponer lo que me tiene contento. Es el dibujo que encontré en la puerta del váter la primera vez que entré allí y que yo estoy completando a rayazos con mi llave del coche. Me pregunto quién empezó aquella obra de arte. Es curioso que en todo un edificio público, con las personas más dignas trabajando allí, alguien vea divertido y puede que necesario dedicarse a rayar una puerta como un crío travieso.
Y ese es mi incentivo.
Por cierto, el dibujo es un enorme pene peludo salpicando semen sobre una vagina gigante. Yo incorporo los detalles: testículos, venas, piernas, tetas, etc., y creo que me está quedando muy bien. Tendríais que verlo.

1 comentario:

  1. Jajaja...! Si es que es lo que yo digo, que quien no se contenta es porque no quiere. Y ya que estamos, ¿por qué no le sacas una foto a la obra de arte y vemos como va evolucionando?
    En serio, eres grande.

    Un saludo!

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