No me creo
más guay por eso pero bien sabe dios que veo poco la tele. Me considero una
especie de telespectador social, es decir, que veo la tele para hacer compañía
a quien haya que acompañar con el canal que el acompañante decida. El tiempo
justo para que no se pueda decir que me he largado sin haber hecho acto de
presencia.
Tampoco soy
un radioadicto. Lo que pasa es que me tiro bastantes horas en la habitación y
en el coche, y los cedés los tengo bastante aburridos, así que alterno entre
rock fm y los programas de tertulia-opinión que se supone te ponen al día de lo
que pasa en el mundo. En realidad escucho estos programas a la espera de una
rajada monumental o un comentario ingenioso. Poco me importan las noticias en
sí. Espíritu de periodista, quizá.
Pero si
fuese un tipo malhumorado, un tipo de bien, un tipo corriente, un telespectador
o un oyente al uso, me cagaría en satán y en los clavos de cristo y en todas
las columnas del firmamento por culpa de la intolerable cantidad de anuncios
que ponen en uno y otro medio.
No sé a qué
se debe. Puede que ahora que la programación es una mierda y las audiencias han
caído los anunciantes paguen una miseria, que paguen una miseria porque no
tienen un puto duro o que los accionistas de los medios se estén forrando a
costa de tocar las narices de su público. No lo sé y me da igual. Lo que no me
da igual es saberme el momento exacto en que uno tiene que cambiar de canal o
de emisora porque empieza una tirada de cinco, diez, quince o ¡veinte!, sí,
veinte minutos de publicidad. Comprobadlo en xplora entre las 15,50 h. y las
16,10 h.
Total, que
si ya tengo poco interés así menos aún.
Aunque en el
fondo tengo que estar agradecido. Sí, agradecido, porque gracias a la
publicidad me he dado cuenta de la cantidad de cosas que se pueden hacer
prescindiendo de la tele y de la radio. Sí, quizá me he equivocado, quizá he
prejuzgado injustamente a esos benditos anunciantes y a esos maravillosos
directivos de las grandes cadenas. Quizá su única intención sea generar
artistas. Puede que conmigo lo consigan porque es empezar la publicidad y, si
estoy en el coche, imaginarme buenas historias y, si estoy en casa, escaparme
rápidamente al ordenador a escribirlas.
Gracias.
Gracias de verdad. Perdonad si antes os he ofendido. Si me permitís cuando me
independice no tendré ni tele ni radio. Gracias.
Plas! Plas! Plas!... Eso son aplausos.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo contigo. Como si no hubiese ya bastante mierda en la tele, para colmo ponen al límite nuestros niveles de aguante con toneladas de publicidad. ¿Qué quieres que te diga? Creo que hay demasiadas cosas que hacer en la vida como para malgastarla en bloques publicitarios en los que te da tiempo a prepararte una cena rápida, disfrutar de un buen disco, leer un par de capítulos de tu libro favorito o echar un polvo de esos de "aquí te pillo, aquí te mato". En mi caso, no podría prescindir del televisor (que no de la televisión) pues el reproductor dvd lo tengo gastado de tantas pelis que me trago, pero vamos, ahora que van a cerrar varios canales no seré yo uno de los que los eche de menos.
Hay otro detalle que me molesta sobremanera de la publicidad. ¿Te has dado cuenta la forma en la que el volumen sube cada vez que empiezan los anuncios?
En fin, esto es lo que hay. Lo que me da pena es que no sean más los que se planten y encuentren otras alternativas de ocio en la vida. No estoy diciendo que haya que dejar de ver la tele, es una opción como otra cualquiera, pero es que hay gente que no hace otra cosa y, claro, así nos va, que la caja tonta hace mucho que dejó de serlo, para convertirnos a nosotros en los lerdos que tragan con lo que sea con tal de no hacer el esfuerzo de pensar.
Un saludo!