19 nov 2011

Los candidatos

Jornada de reflexión. Pues yo he reflexionado y he construido este diálogo que resume la aportación de los candidatos a la presidencia del gobierno. Es un diálogo de altura, ya lo veréis. Hablan el candidato A y el candidato B:
–Deja usted el país en un estado lamentable.
–Lo lamentable es su actitud y su falta de colaboración.
–Le recuerdo que ustedes están en el gobierno. Ustedes deben tomar las decisiones.
–Eso es cierto. Nosotros tomamos las decisiones. Ustedes se limitan a alegrarse de las malas noticias.
–Ya salvamos el país una vez. Lo haremos otra.
–A costa del estado de bienestar que nosotros construimos.
–Ustedes se han cargado el estado de bienestar. Y ni siquiera han tenido la decencia de hacer autocrítica.
–A diferencia de ustedes, nosotros reconocemos nuestros errores.
–¿Ah sí? Dígame alguno.
–No le haré ese favor. Dígame usted algún error suyo.
–Tampoco yo le haré ese favor.
–Entonces dígame algo bueno que hayamos hecho.
–Es que todo ha sido malo.
–Claro, malo como esto, esto, esto, esto y esto. ¿Es que todo eso no le parece bueno?
–Y también han hecho esto, esto, esto, esto y esto mal. ¿Es que eso no le parece malo?
–Falta usted a la verdad. Tengo una gráfica que lo demuestra. Mire.
–Pues yo tengo otra que demuestra lo contrario. Mire.
–En todo caso, usted critica, pero no les dice a los españoles cómo lo resolvería.
–En el programa electoral aclaro que así, así y así.
–No me lo creo. Usted no va a hacer eso. Si dice la verdad no le votan.
–Eso es demagogia barata.
–Usted sí que es demagogo. Cuando ustedes estuvieron en el poder le recuerdo que bla, bla, bla, bla, bla.
–Siempre volviendo al pasado. No estaría de más que mirase el futuro de vez en cuando.
–Pero los españoles tiene derecho a saber qué votan.
–Pondremos a los mejores a disposición de los españoles para que hagan las cosas bien. Y no gente –por cierto, debería mirárselo–, envuelta en casos de corrupción.
–Me habla usted de corrupción. Usted, que pertenece al partido corrupto por excelencia.
–Ovejas negras hay en todas partes, señor. No presuma de decencia que tendríamos tema para rato.
–Es que puedo presumir de que somos un partido decente.
–Eso se verá en los tribunales. Lástima que no se juzgue la mentira.
–Si se juzgara la mentira veríamos donde estaba usted.
–Los españoles saben que ha mentido.
–Miente usted. Pasan los años y ha ido a peor.
–No, usted ha ido a peor. Cada vez más mentiroso y peor.
–No, usted más mentiroso y peor.
–Los españoles no son tontos. Veremos a quién creen.
–Exacto, eso veremos.


Poco más me han aportado… Y ahora, millones de nosotros a darle la razón a uno de esos pobres hombres.

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